Tristeza y Pobreza Nos Embargan

Por: Yanio Concepción

Un país como el nuestro, con tan alto nivel de endeudamiento,  sin una educación de calidad para emprender y competir en un mundo más transparente y dinámico, con una economía de servicios en ciernes, representa un gran reto para un gobernante y mucha incertidumbre para los ciudadanos.          

El Gobierno acaba de aprobar el presupuesto del 2014 por más de 605 mil millones, lo que no cumple con las expectativas y prioridades de la población dominicana que demanda un desarrollo sostenido e inclusivo.

Crear prosperidad en una población mayoritariamente pobre es un enorme desafío para el gobierno dada la descomunal deuda externa y la insoportable deuda interna producto de la nómina del clientelismo político. Producir riqueza sobre la explotación de la pobreza y asumir un endeudamiento irresponsable viola los derechos fundamentales que establece la Constitución de la República ya que compromete el presente y el futuro de la mayoría de la población condenándola a perpetuar su condición infrahumana de vida.

Reducir la violencia en una población violentada por la pobreza, enferma de necesidades insatisfechas debería ser la meta más preciada de un gobernante. Las tierras agrícolas, los yacimientos mineros, las fuentes de agua y la biodiversidad que posee República Dominicana es más que suficiente para erradicar la pobreza y generar riqueza para todos.  
 
Bajar el endeudamiento público y propiciar el ahorro y la inversión para crear empleos que incentiven el desarrollo de la población es el mayor desafío de la gobernabilidad del país. En este desafío debemos entrar todos.

La tristeza y la pobreza nos embargan en medio de la hipocresía, ya que, como país, no queremos ver nuestra realidad política y económica de cara a prioridades elementales para el desarrollo humano.


¡Mucha tristeza y pobreza embargan el país ante la indolencia de no asumir un pacto de nación!

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