Por: Yanio C. Concepción
República Dominicana ha empeñado su presente
y su futuro en aras de la megaminería.
Este desfalco ambiental debe ser enfrentado
por una juventud con visión y compromiso claro del rol que le ha tocado jugar. Las
concesiones mineras aprobadas a vapor desde el poder dejan “a cielo abierto” el
afán de ingresos y rentabilidad de las compañías extranjeras y la complicidad
indolente de los funcionarios que las consienten. Hace más de 50 años, el
erario de los recursos naturales dominicanos, sufre un embargo abusivo amparado
en un contrato caduco y destructivo que
ha lesionado, por décadas, los intereses de la nación.
En la vida social y democrática que vive el
país, los líderes han fracasado en definir y practicar con sus hechos el Estado
Social, Democrático y de Derecho que se ha usado como consigna. La entrega de
nuestros recursos naturales no renovables a trasnacionales es una amenaza violenta
a la Soberanía Nacional.
La amenaza de explotación de Loma Miranda en
La Vega es un crimen de lesa patria, en violación a la Ley 64-00 de medio
ambiente y al artículo 67 de la Constitución Dominicana en lo referente a la
“Protección del Medio Ambiente”. Esta violación va mas allá de la vulnerabilidad
y el riesgo que representa la minería en el centro de la isla. Las especies
endémicas de la zona, su biodiversidad única, la mina de agua que acuna, la
pared natural que nos protege de los vientos alisios y la sobrevivencia de los
seres humanos y de las especies animales y vegetales que han hecho de Miranda
su hábitat natal son argumentos irrefutables para defender la “casa natural”
frente al “caso de negocio”.
Recientemente, jóvenes dominicanos conscientes
de su responsabilidad social, coordinados por el Movimiento Juventud Caribe,
dieron una muestra de concienciación y unidad al acampar por tres días a la
orilla del Balneario Acapulco para llevar un mensaje de defensa de Loma Miranda.
Este Campamento Ecológico concentró a cientos de jóvenes de todo el país en Algarrobo,
La Vega, para hacer un llamado a las comunidades circundantes sobre los
terribles efectos a que se exponen, si se explota Loma Miranda.
En La Vega se está gestando una revolución
ambiental que ya ha alcanzado dimensión nacional e internacional protagonizada por una nueva
generación de líderes comunitarios que están dispuestos a enfrentar y relevar a
los actuales líderes faltos de compromiso y visión. La responsabilidad
ambiental y la inclusión social son temas impostergables en la agenda nacional.
Si los líderes políticos no deciden romper su paradigma de ambición y egoísmo,
los líderes juveniles comunitarios se levantarán a reclamar sus derechos y los
derechos de su tierra y no habrá poder político ni económico que los detenga.
¡Adelante, Juventud Caribe y Juventud Quisqueyana,
marchen con un espíritu decidido hacia la conquista de la conciencia ciudadana
por la defensa de Loma Miranda! ¡Miranda será un Parque Nacional porque así lo
reclaman los jóvenes valientes y los ciudadanos conscientes! ¡Los intereses
nacionales están por encima de las ambiciones económicas de compañías
trasnacionales! Óiganlo bien, invasores y vendedores, ¡Miranda no se negocia!
Comentarios
Publicar un comentario