Líderes que no escuchan

Por: Yanio Concepción
 
En nuestra vida republicana abundan las historias de dirigentes y líderes que se enganchan en los trenes de los gobiernos, instituciones, ONG, Congreso, iglesias, partidos, estados y que dicen representar la sociedad, pero, en realidad, sólo defienden sus propios intereses.

La sentencia del Tribunal Constitucional dejará muchas heridas, confusión y trasiegos a ambos lados de la isla y fuera de ella. Los conflictos generados en la determinación política de la Isla Española, con el cierre de sus fronteras para evitar la migración, ha afectado el comercio y las relaciones bilaterales históricas entre los dos países hermanos que conforman la isla. Los controles de intereses políticos y empresariales nada tienen que ver con la normalización de nuestras relaciones históricas como países con cultura, idiosincrasia y pobreza diferentes como son República Dominicana y Haití.

Desde décadas, algunos países han estado negociando la pobreza de los haitianos en los organismos internacionales como la ONU, BID, USAID, y ante  embajadores dominicanos, Francia, Canadá y Estados Unidos. Tras cortinas, en componenda con representantes dominicanos, han llegado al extremo, en determinado momento, de  negociar un escaño en el Consejo de la Seguridad de la ONU a cambio de apoyar Haití en su política de desarrollo.

República Dominicana se ha convertido en trampolín, desde Haití, para el tráfico de haitianos y otros extranjeros como chinos que desean emigrar hacia otro país. Ya se han producido varios escándalos que se han silenciado por los intereses envueltos.

El Presidente dominicano anunció que buscará un trato más humano a la sentencia del Tribunal Constitucional, sin embargo, su batallón de funcionarios expresa que hay que cumplir la sentencia del TC porque es una decisión de Estado. Si se viola la Constitución se faltaría al derecho consagrado que debemos asumir los dominicanos. Todos somos iguales ante la ley. Estas contradicciones crean una confusión pública entre los mismos poderes del Estado.

La pobreza que viven millones de personas en nuestra Isla amerita buscar  soluciones serias y responsables, no a dividir el país por una sentencia como se vio con el abucheo al Presidente del país de decenas de mujeres en un evento de CELAC quienes ejercieron su derecho a protestar. Este acto nos llama a la reflexión de políticas de Estado claras, que fortalezcan la confianza de la población en la lucha por los derechos fundamentales ante las desigualdades. Necesitamos líderes con compromiso social, político y empresarial, identificados con una mejor sociedad. 

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