Editorial Radio Santa María
1 de mayo, 2013
Nuestro país acumula cada día
nuevos y viejos retos en medio de una crisis de ética, valores y liderazgo que
los partidos parecen no entender. La sociedad dominicana constantemente cambia
de rumbo fruto de factores internos y externos que no asimilamos en la justa dimensión.
Las nuevas generaciones de
ciudadanos demandan más transparencia en el accionar público, en la aplicación
de la justicia, en la demanda de bienes y servicios. El pago de impuestos al
fisco debería traducirse en acciones para el bien común y el desarrollo
sostenible. Sin embargo, el gobierno escoge sus prioridades sin tomar en cuenta
lo más urgente y necesario para la sociedad.
Históricamente se han explotado
y extraído las riquezas naturales no renovables de la nación dejando pobreza y
desolación sin ninguna racionabilidad ni respuesta de garantía a las futuras generaciones
como si fuera urgente matar la gallina de los huevos de oro.
Las buenas intenciones del
Presidente no bastan para bien gobernar y cambiar el destino del país. La larga
espera y las múltiples decepciones han erosionado la confianza del pueblo.
Nuestra gente demanda acciones y ejecuciones a favor de su bienestar, su
seguridad y su felicidad. Las promesas ya no seducen al pueblo defraudado.
La negligencia en el manejo
de la delincuencia, del tráfico y consumo de drogas, la corrupción, la
seguridad ciudadana, entre otros factores, en las últimas tres décadas, han
retraído el desarrollo integral de la
gente provocando protestas en los sectores marginados.
Hay que estar claros que no
se gobierna ni se dirige con buenas intenciones. Sin educación de calidad y sin
trabajo no hay desarrollo ni esperanza posibles. Es tiempo de ejecutar acciones
que impacten positivamente el desarrollo de nuestro capital humano. Es tiempo
de valorar nuestros recursos naturales. Es tiempo de que el gobierno defina con
claridad su visión y compromiso nacional. Es tiempo de que el país entre en la
ruta del progreso sostenido e inclusivo.
La buena intención no basta
para cumplir un programa de nación que garantice la estabilidad nacional, la unidad familiar,
el Estado de derecho y la justicia social. Hay que vencer la desidia y la apatía
de trabajar por un mejor país. Es tiempo de que el país desarrolle un plan
nación guiado por una voluntad política con visión a corto, mediano y largo
plazo donde todos caminemos con principios y valores patrios. ¡Es tiempo de que
nuestros niños y jóvenes vean realizar sus sueños! ¡Es tiempo del país!
YC
Coreo: yanioconcep@gmail.com
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