Quiero comenzar este evento con el nombre de un gran héroe del cooperativismo nacional, el Sr. Julio Fulcar. Su entrega, dedicación y valentía le han ganado un lugar invaluable en la historia cooperativa dominicana. Elevamos nuestros sinceros deseos y oraciones por su pronta recuperación.
Vega Real se regocija con la presencia de todos ustedes, en nombre del cooperativismo dominicano, por acudir a nuestro llamado para celebrar juntos esta distinción que nos ha otorgado la ONU al declarar el 2012 “Año Internacional de las Cooperativas”.
Es penoso que ningún estamento del Estado dominicano se haya pronunciado a favor del cooperativismo nacional en apoyo a esta resolución de la ONU, considerando la incidencia del cooperativismo en más de 5millones de habitantes, aportando soluciones a las clases más carenciadas.
Este “Regocijo Cooperativo” convoca a todos los cooperativistas del ámbito nacional e internacional para celebrar y reclamar nuestros derechos, descritos en los principios y valores universales del cooperativismo y enarbolados por la ACI y su más de un billón de afiliados.
En República Dominicana el cooperativismo esta amparado por la Constitución y leyes especiales, no obstante, el Estado parece ignorar lo que representa el cooperativismo. En términos cuantitativos, somos más de un millón de socios, y en términos cualitativos somos un grupo organizado alrededor de una doctrina ética en franco crecimiento.
Los cooperativistas estamos aptos y tenemos la responsabilidad de establecer y proponer reglas claras al Estado que, al parecer, ignora el rol de esta celebración trascendental aquí y en el mundo. Somos una alternativa de negocio ético, de notable responsabilidad social, capaz de enfrentar la pobreza y generar riqueza donde existe más carencia educativa, social, económica y ambiental.
Hasta este momento no ha habido ninguna reacción política del Estado dominicano al reconocimiento de la resolución de las Naciones Unidas. Hoy proclamamos, con este regocijo nacional e internacional, que somos una fuerza viva y poderosa, digna de ser tomada en cuenta en el plan de nación de cualquier candidato presidencial.
El Papa Benedicto XVI habla con preocupación de este mundo vacío de liderazgo y de una economía que no llega a recuperarse. Cito su reflexión reciente del 12 de enero del 2012 pronunciada en la ciudad del Vaticano: “La crisis económica actual es una crisis "ética" y dijo que puede ser "la ocasión" para recuperar los valores fundamentales para lograr una sociedad "más justa, ecuánime y solidaria, en la que se promueva el bien integral del ser humano".
Precisamente una de las fortalezas esenciales del cooperativismo es su doctrina fundamentada en valores y principios trascendentes. La economía social es la fuerza más determinante para que el Estado, que carece de buenos ejemplos, reconozca lo que representan las cooperativas en una economía en crisis ética.
Benedicto XVI subrayó que la crisis puede ser la ocasión para que toda la sociedad verifique si los valores que consideraba fundamentales para vivir lo son o hay que realizar una "auténtica renovación".
El cooperativismo en el 2012 debe presentar sus bondades sociales y económicas para enfrentar el desempleo, la pobreza y generar negocios éticos, como dice Benedicto XVI. Debemos abogar por la cultura de la acogida, la solidaridad y la legalidad como valores fundamentales de la sociedad.
Los cooperativistas somos gente de paz, valores y desarrollo comunitario. Somos expertos en cooperación, estamos dispuestos a integrarnos y sumar nuestras fuerzas para construir un país mejor.
Muchas gracias.
Este “Regocijo Cooperativo” convoca a todos los cooperativistas del ámbito nacional e internacional para celebrar y reclamar nuestros derechos, descritos en los principios y valores universales del cooperativismo y enarbolados por la ACI y su más de un billón de afiliados.
En República Dominicana el cooperativismo esta amparado por la Constitución y leyes especiales, no obstante, el Estado parece ignorar lo que representa el cooperativismo. En términos cuantitativos, somos más de un millón de socios, y en términos cualitativos somos un grupo organizado alrededor de una doctrina ética en franco crecimiento.
Los cooperativistas estamos aptos y tenemos la responsabilidad de establecer y proponer reglas claras al Estado que, al parecer, ignora el rol de esta celebración trascendental aquí y en el mundo. Somos una alternativa de negocio ético, de notable responsabilidad social, capaz de enfrentar la pobreza y generar riqueza donde existe más carencia educativa, social, económica y ambiental.
Hasta este momento no ha habido ninguna reacción política del Estado dominicano al reconocimiento de la resolución de las Naciones Unidas. Hoy proclamamos, con este regocijo nacional e internacional, que somos una fuerza viva y poderosa, digna de ser tomada en cuenta en el plan de nación de cualquier candidato presidencial.
El Papa Benedicto XVI habla con preocupación de este mundo vacío de liderazgo y de una economía que no llega a recuperarse. Cito su reflexión reciente del 12 de enero del 2012 pronunciada en la ciudad del Vaticano: “La crisis económica actual es una crisis "ética" y dijo que puede ser "la ocasión" para recuperar los valores fundamentales para lograr una sociedad "más justa, ecuánime y solidaria, en la que se promueva el bien integral del ser humano".
Precisamente una de las fortalezas esenciales del cooperativismo es su doctrina fundamentada en valores y principios trascendentes. La economía social es la fuerza más determinante para que el Estado, que carece de buenos ejemplos, reconozca lo que representan las cooperativas en una economía en crisis ética.
Benedicto XVI subrayó que la crisis puede ser la ocasión para que toda la sociedad verifique si los valores que consideraba fundamentales para vivir lo son o hay que realizar una "auténtica renovación".
El cooperativismo en el 2012 debe presentar sus bondades sociales y económicas para enfrentar el desempleo, la pobreza y generar negocios éticos, como dice Benedicto XVI. Debemos abogar por la cultura de la acogida, la solidaridad y la legalidad como valores fundamentales de la sociedad.
Los cooperativistas somos gente de paz, valores y desarrollo comunitario. Somos expertos en cooperación, estamos dispuestos a integrarnos y sumar nuestras fuerzas para construir un país mejor.
Muchas gracias.
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