ESTADO DOMINICANO IGNORA EL AÑO INTERNACIONAL DE LAS COOPERATIVAS

Por: Yanio C. Concepción
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 2012 como el “Año Internacional de las Cooperativas”. Los estados miembros han preparado una agenda especial para celebrar esta resolución. Sin embargo, el Estado Dominicano representado por el Poder Ejecutivo, no le ha prestado ninguna atención a esta dedicatoria, a pesar de que los principales organismos cooperativos nacionales le plantearon a tiempo algunas recomendaciones.
Esta desconsideración del Estado Dominicano a la resolución de la ONU revela cruda e inequívocamente la verdad sobre la vocación democrática y social del gobierno de turno. Ignorar los aportes de las entidades de economía social y solidaria para enfrentar la pobreza y generar riqueza pone en evidencia el espíritu individualista, egocentrista, arrogante y narcisista del sistema neoliberal que nos mal gobierna.
Con el Decreto No. 768 - 11 que designa como el “Año del Fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho en Republica Dominicana” se desconoce totalmente la realidad socioeconómica que representa el cooperativismo y la economía social y solidaria en el país. La Constitución Española de 1978 define en su artículo 1.1: “España se constituye en un Estado social y democrático de derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
La verdadera acepción del Estado Social es un sistema que fortalece los servicios y garantiza los derechos esenciales, para mantener el nivel de vida necesario como vía para participar en calidad de miembro pleno en la sociedad. En la práctica política, tanto el Estado Social como la Economía Social de Mercado son a menudo confundidos con el Estado del bienestar (Welfare State).
Si los dominicanos tuviéramos más responsabilidad social, mejor educación y conciencia ciudadana estaríamos en las calles indignados por la situación imperante de mal uso de los recursos públicos por parte de los administradores políticos.
Al triángulo de poder, a la oligarquía económica y política no les interesa ni les conviene la inversión en educación de calidad. El Estado y el sector privado son cómplices a partes iguales del deterioro económico de las familias dominicanas: El Estado con su voracidad fiscal y el sector privado con su tendencia especulativa y consumista, con su comportamiento de “sálvese quien pueda” mostrando el poco valor que le dan al desarrollo con equidad.
Cualquier lector común que compare los indicadores macroeconómicos triunfalistas que publican las agencias internacionales, muy a pesar del incremento de la pobreza en la población dominicana en todos sus niveles, advertirá la contradicción flagrante de estos parámetros y si no somos objeto de burla, mínimo seremos objeto de compasión. No hay innovación que perdure o fructifique ante el vandalismo, la rapacidad, la desigualdad social, el tigueraje “de calle” o de “saco y corbata” de la sociedad dominicana actual.
El 2012, “Año Internacional de las Cooperativas” muy bien puede inspirar una reflexión profunda del modelo económico dominicano a la luz de la experiencia cooperativa. Más de 1,000,000 de dominicanos asociados en más de 600 cooperativas, que se suman a la matrícula universal de mil millones, debería atraer el interés del Presidente hacia esta alternativa ética y socialmente responsable de hacer negocios. Parecería muy obvio y una buena decisión estratégica resaltar y aprovechar las bondades del cooperativismo para incorporarlas a la agenda inmediata del gobierno así sea con fines eleccionarios.
El candidato presidencial del partido de gobierno es consciente del apoyo que el Estado Social democrático con derecho legítimo Constitucional debe darle al cooperativismo. Sin embargo, el Presidente actual ha ignorado el potencial que concentran las cooperativas, más aun en una economía en crisis, fruto de la avaricia financiera y del enriquecimiento escandaloso de sectores enquistados y protegidos por el gobierno.
La percepción generalizada es que el sector cooperativo dominicano es inofensivo, desorganizado e informal. Es visto como una manada de gente pobre que ahorra y toma microcréditos para hacer frente a sus precarias necesidades. Pero es muy riesgoso ignorar que “esa manada” de dominicanos es guiada por un liderazgo cooperativo formado, informado y comprometido con los sueños y aspiraciones de esa población. Las empresas de economía social y solidaria han forjado una industria financiera eficiente, democrática y responsable, con un 20% de crecimiento anual sostenido, sostenible e indetenible.
Realmente, ¿qué es lo que se busca en el 2012 con la declaración del Año del Fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho Dominicano, cuando el Estado debe proveer la integración de las clases sociales menos favorecidas, evitando la exclusión y la marginalidad, a través de la compensación de las desigualdades y de la redistribución de la renta por medio de los impuestos y el gasto público? La realidad político-social que se avecina antes, durante y después de las elecciones dominicanas presagia una profundización de la crisis ética, financiera y económica que supuestamente hemos resistido.
Alcanzar el nivel de Estado Social y Democrático requiere trabajo, productividad, educación y cooperación de todos los sectores sociales y económicos de República Dominicana. Auspiciar un verdadero pacto de nación, basado en una conciencia ciudadana incluyente, democrática y responsable es un paradigma del cooperativismo universal que muy bien podría inspirar cualquier agenda seria de “Estado Social y Democrático”. Desconocer esta esencia solidaria y democrática del cooperativismo universal, deja en entredicho la vocación social del Estado Dominicano y lo coloca de espaldas al desarrollo integral y sostenible.
Cooperativa Vega Real, Inc. celebra con enorme júbilo y gran orgullo esta Resolución 64-10 de la ONU y ha creado su propia agenda de regocijo y acción para demostrarles al país y al mundo que hay una mejor forma de hacer negocios: ¡la forma cooperativa! A lo mejor haya políticos que se autoproclamen visionarios, pero que son incapaces de escuchar la principal forma de organización y afiliación que tenemos los dominicanos que es el cooperativismo. ¡Es probable que las cooperativas les resten trascendencia a los políticos que así actúan!

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