Por: Yanio Concepción
Celebrar
el 170 aniversario de la independencia nacional nos debe llenar de orgullo para
enaltecer la visión de los fundadores de la patria. Evaluar este largo camino
de independencia y los poderes públicos
donde todos teóricamente somos iguales ante la ley, nos llama a cuestionarnos sobre la democracia
imperfecta que vivimos en el marco de una nueva Constitución que entró en
vigencia en enero del 2010.
Siempre
hay que repetir que mientras no se escarmiente a los traidores de la patria que
ejercen un poder táctico viciado de clientelismo, corrupción e impunidad seguiremos
en la oscuridad. Los poderes públicos no cumplen el rol de independencia porque
están a expensa de intereses manipuladores del bien común sin sanción. Esta
división entorpece la puesta en marcha de un plan de nación.
La
Independencia nacional debe servir de reflexión para encausar el país que
soñamos y aspiramos los dominicanos. Los padres de la patria fundaron la patria
con mucho orgullo y sacrificio, como buenos cristianos, enarbolando el lema
“Dios, Patria y Libertad”. Estos valores son fundamentales para la convivencia
de los dominicanos, teniendo la cruz del redentor y la Santa Biblia como
sabiduría.
Postergar
el cumplimiento y aplicación de las leyes a quienes se desvían del camino de la
ética, la unidad de cómo nación y la ejecución de la Independencia de los
poderes que cada día nos debilita como nación.
En
este 170 aniversario grita a todo pulmón ¡que viva la República Dominicana de
los Trinitarios, que viva la República de los Padres de la patria que
ofrendaron su vida por una nación libre, independiente, soberana y democrática!
¡Que vivan en nuestra conciencia los mejores hombres y mujeres que dieron su
vida por esta nación! ¡Que no fallemos más a los ideales puros y sinceros que
nos dejaron los padres fundadores!
¡Que
la celebración del 170 aniversario nos sirva para reeducarnos en los valores
patrios, que tengamos el valor para exigir nuestro derecho constitucional y
cumplir nuestros deberes con respeto a nuestra patria!
Los
funcionarios deberían ser vigilados permanentemente en el cumplimiento de sus
deberes. Cada poder debe ejercer con independencia su verdadero rol ante la
nación, para que todos, sin excepción,
seamos iguales ante la ley. ¡Basta de seguir ocupando en el ranking
internacional los primeros lugares por el desorden institucional, la corrupción
y la temeridad en el tránsito. Es tiempo de enfrentar con firmeza el maltrato a
la mujer. ¡Que viva la independencia y la libertad que debe latir en cada
corazón dominicano como hermanos, donde prevalezca el respeto
al pensamiento ajeno!
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