FE Y ESPERANZA ¿EN QUE, EN QUIEN?

Por: Yanio Concepción
Diciembre llama a renovar la fe y la esperanza como familia, Iglesia y país. Nos llama a ver porvenir en los padres que esperan un hijo y que sienten la cercanía de Dios en el espíritu de la navidad. Esto anima a un compromiso de amor por la familia y un país que,  ante la exclusión social, teje esperanzas, a pesar de la ambición de actores públicos.

En el país hay más de doce aspirantes a la presidencia, que no dan respiro a la tranquilidad ciudadana. Ellos no poseen una carta de presentación confiable que llene de esperanza y fe en un mejor porvenir a los votantes. Ya nos presionan en medios y carreteras con enormes vallas. En cada rincón empiezan las discusiones sobre pre-candidatos que agotan tiempo y recursos públicos por su afán de lucro y poder.

Los padres inyectan fe y confianza. El Estado, como un padre grande, está llamado a sentir y pensar en todos. Por ser tal, debería unirnos como buena familia cristiana, llena de valores, luz y prosperidad. Sin embargo, vivimos bajo un Estado pequeño, endeudado social y económicamente.

Para celebrar el verdadero espíritu de la Navidad, de unión y paz, reflexionemos sobre el nacimiento del niño Jesús ¿En quiénes pondremos fe y esperanza? La vida diaria está agobiada de incertidumbre. Muchos ciudadanos se muestran pasivos, sin pensamiento crítico. Es tiempo de avanzar con fe y amor, valores que nos comprometen a ser personas de acción, combatiendo el miedo ante quienes usan todos los poderes para imponer la pobreza y la división en la familia.

Jesús y la navidad nos llaman a reflexión sobre el  país que debe renacer en un próspero año nuevo, sin utopías. Es tiempo de prepararnos dignamente, con fe y amor, para la venida del Señor, asumiendo un pensamiento crítico sobre las acciones de quienes nos guían desde la administración pública, privada e instituciones de servicios.

Jesús es “el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos”. Es tiempo de que marchemos, de que caminemos hacia la luz del niño Jesús, con fe y esperanza.         


¡Que no se pierdan el amor, la fe y la esperanza, como clama nuestro obispo, Mr. Antonio Camilo!     

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