LA MARCA-MUJER EN LAS EMPRESAS DOMINICANAS

Por: María Eugenia Acosta - Gerente de Operaciones Cooperativa Vega Real - 

Es indudable que la mujer ha escalado mayores y mejores puestos en el escenario empresarial dominicano. Hay mucha información sobre las estadísticas, impacto y conquistas de la mujer dominicana en el mercado laboral. No obstante, poco se sabe de las huellas y los efectos de la marca-mujer en el mapa empresarial dominicano.

La “marca-mujer”, en este contexto, se puede definir  como los factores distintivos que conforman la reputación de la mujer que se pueden capitalizar para formular estrategias o políticas que incidan en mejores resultados económicos y sociales. La mujer posee características propias que la hacen única y significativamente diferenciada del género masculino.

La creciente presencia femenina en el ámbito empresarial debería haber propiciado la creación de políticas públicas e institucionales que favorezcan al género y transformen el engranaje organizacional “hecho por hombres” en un espacio más equitativo.

Hasta ahora, la tendencia ha sido que la mujer tiene que “trabajar como un hombre” para acceder puestos de liderazgo en la empresa. “Trabajar como un hombre” significa estar disponible 24/7 para la empresa, socavando el tiempo para la familia; asumir un estilo de liderazgo “machista” imponiendo autoridad, en lugar de inspirarla; ser agresivamente competitiva para mantener su puesto, entre otros estilos de hombres.

La marca-mujer cuenta con atributos únicos que le harían mucho bien a la manera masculina de administrar. La sensibilidad, la intuición, el sentido de responsabilidad, la actitud pacificadora, la generosidad materna, la disciplina del ahorro, el gusto por la belleza y el orden, los principios morales son características propias del género que producirían efectos muy positivos de instalarse en la cultura empresarial dominicana.

No tiene mucho sentido que haya más mujeres ocupando puestos importantes en la empresa si ese poder no ha producido mejores empresas, ambientes de trabajos más justos y amorosos, ganancias éticas compartidas, horarios flexibles en condiciones específicas y programas de bienestar integral del empleado.


La marca-mujer tiene mucho que aportar a la clase empresarial dominicana. Dondequiera que haya una mujer en un puesto de trabajo su marca-mujer debe hacer una  diferencia de bienestar para todos.

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