¿Cómo vivir en mi país?



Por: Yanio C. Concepción
Una economía pública en deuda, una visión nublada, figuras intocables, funcionarios silenciosos, un nuevo Presidente que los fines de semana sorprende al país visitando sin previo aviso cualquier lugar olvidado de la nación es un cuadro realista de la Dominicana de hoy. Nuestro Presidente está sembrando esperanza donde solo había desolación. Danilo Medina, el Presidente, el hombre, el padre de familia, cree en la economía solidaria y social expresada en el cooperativismo como un modelo viable para emprender vuelo en medio de tantas deudas sin pagar y cuentas atrasadas.

En República Dominicana hay muchos bancos que atienden las necesidades de una minoría de la población que tiene empleo, empresa o herencia. Pero la mayoría de los dominicanos no tiene acceso a este sistema financiero excluyente. Es necesario crear un Banco Solidario que incluya a todos los dominicanos ofreciéndoles la oportunidad de emprender pequeños negocios en el campo y en la ciudad para enfrentar a los usureros que diezman las escasas finanzas del pueblo más humilde. Es necesario crear un Banco Solidario que auspicie proyectos inmobiliarios y agropecuarios en el campo y en el barrio.

El Estado dominicano tiene una deuda acumulada con el campo y sus campesinos, con el barrio y sus pobres, con la tierra y sus riquezas. Nuestro Presidente ha emprendido el camino de la esperanza, ha dado pasos hacia la economía de la inclusión. Hay que crear políticas de desarrollo, en coordinación con los inversores capitalistas, que garanticen sus ganancias, y que, a su vez, mejoren las condiciones de vida de la mayoría.

Debemos educar a nuestra gente en el ahorro. Hay que concienciar a todos los dominicanos en la disciplina tributaria. Tenemos que devolverles su derecho a vivir con dignidad, con el único propósito de garantizarles calidad de vida personal y familiar. Hasta ahora las decisiones de la cosa pública han estado al servicio de organismos internacionales o de intereses particulares nacionales.  Si queremos un país diferente, necesitamos hacer cosas diferentes. Hay que invertir más en la gente, en el sentido más incluyente, para crear y sustentar la prosperidad y la paz que todos los dominicanos merecemos. ¡Vamos a creer en la gente humilde para crecer en las riquezas! ¡Vamos a incluir en las políticas de desarrollo a la gente del campo y del barrio para vivir todos en paz, sin exclusión, en la República Dominicana que todos anhelamos!
YC

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