Por; Yanio Concepción
Hablar
de desarrollo ambiental sostenible sin un plan de ordenamiento territorial es
como arar en el desierto y ya tenemos muchos cráteres de explotación minera a cielo
abierto, para seguir hoyando más la conciencia nacional.
En
medio de los debates de la reforma fiscal no se siente la defensa de la riqueza
alimentaria, turística y de fe que produce nuestra región del Cibao central,
única del Caribe y América Latina, con una ambición minera y un deterioro
agropecuario galopante. Los estamentos públicos, como la Junta Monetaria, el Ministerio
de Agricultura, el Consejo Económico Social, entre otros órganos de decisión estatal,
han sido tímidos e indolentes ante los efectos colaterales que implicaría para
sus dependencias la reforma fiscal.
Desde
tiempos inmemorables la ciudad de La Vega, cuna de América en riqueza mineral,
ha sido indolente e insolentemente violada por invasores foráneos. Recién
nacidos, los españoles se llevaron nuestro oro, ya crecidos e independientes las
transnacionales se han llevado el níquel dejando a su paso huecos de miseria,
su huella contaminante que calcina, enferma y mata a todos los seres vivos sin
piedad.
El
lema “Loma Miranda no se negocia” caló hondo en el pueblo dominicano. Ha provocado
que las autoridades piensen y ponderen su decisión de conceder o no la explotación
minera. El Estado se ha mantenido silente, los legisladores han recapacitado que
unos ingresos manchados son menos importantes que un agua cristalina que irriga
cuantiosas extensiones de tierras agrícolas.
Levantar
la vista para apreciar esa imponente cordillera, vestida de rica biodiversidad,
es un deleite visual y vital que atraerá a miles a convivir con ella y
preservará especies animales y vegetales únicas e irrepetibles.
¡La
Vega sí tiene dolientes! ¡Loma Miranda tiene dolientes! El país está asumiendo
valientemente la defensa de una riqueza local que es patrimonio nacional. La
Vega sí tiene dolientes como ha quedado evidenciado en cada campamento, marcha,
jornada de concienciación ambiental, en la defensa pública de los científicos
nacionales y en el grito popular “Loma Miranda no se negocia”.
El
despertar de La Vega estará siempre asociado a su nivel de educación, la exigencia
de sus derechos y la prosperidad de su población. Sus líderes empresariales, religiosos,
comunitarios, populares, políticos e individuales deben auspiciar y propiciar el rol socioeconómico y ambiental
de su provincia en la media Isla más rica del hemisferio americano.
¡Sin
dolientes no se camina a ningún puerto! Defender con gallardía el destino de La
Vega y la región es responsabilidad de todos los que están comprometidos con la
visión de un desarrollo ambiental sostenible. ¡No más confusión mediática! ¡El
pueblo es libre de expresarse y defender su riqueza y su belleza! ¡Caminemos
con determinación y sin temor hacia la defensa de nuestros recursos naturales!
¡Loma Miranda es ícono e inspiración del pueblo dominicano que no se doblega!
¡Loma Miranda tiene dolientes! ¡Loma Miranda tiene valientes!
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